miércoles, 2 de enero de 2013

ONCLE SAM: La palomita mecánica

¿Qué necesidad hay de comer palomitas de maíz de tres en tres, de cinco en cinco o de diez en diez? Ninguna, no hay ninguna necesidad si antes no hemos sabido apreciar el maravilloso proceso de la creación de una palomita a partir de un inerte grano de maíz. En todas nuestras ajetreadas vidas no sabemos valorar las sorprendentes exquisiteces que nos brinda la naturaleza, ya sea la hierba que crece alrededor de un excremento de perro o la compleja transformación de un grano de maíz en palomita. Esa inexistente apreciación de todo lo que nos rodea se debe en parte a que somos presos de un sistema, un sistema que se basa en el individualismo y consumismo, premiando el egoísmo. Solo no damos cuenta (o nos queremos dar cuenta) cuando existe un factor económico de por medio. Investigadores descubrieron en México palomitas de hace más de 700 años, los aztecas utilizaban este alimento en sus ceremonias, lo preparaban introduciendo maíz en ollas de barro muy calientes, o poniendo granos sobre ceniza caliente. ¿Apreciarían ellos la delicada transformación? Lo más seguro es que si, quizás por ello las utilizaban en sus rituales.

¡Tranquilo, esclavo del capital!, la solución ha llegado, Laurent Beinaert, Pierre Bouvier y Paul Tubiana, estudiantes de la Universidad de arte y diseño Lausanne (ECAL) en Suiza, pasarán a los libros de historia por haber desarrollado una máquina que hace palomitas una a una, este artilugio se llama Oncle Sam, nombre en francés del archiconocido Tío Sam. La razón de este nombre es desconocido, pero seguramente sea irónico, ya que este artefacto satiriza todos los principios que el Tio Sam trasmite.

Oncle Sam es una bella máquina accionada manualmente que hace palomitas una a una, para que no solo puedas saborear el piscolabis, sino también su proceso de producción.  La trasformación se centra en un solo grano de maíz cada vez, donde el mecanismo orquesta los ingredientes de una forma extraordinariamente delicada, una vela calienta el grano en aceite, que después estalla ya convertido en palomita y, por supuesto, sazonada con sal a gusto. Este artificio nos permite apreciar la sencilla metamorfosis que sufre un grano de maíz para convertirse en palomita, un proceso que, por lo general, se produce en masa, y que Oncle Sam nos permite aislar de manera que podamos disfrutar del espectáculo. La satisfacción es tanto visual como gastronómica.

Este producto me parece fantástico, aunque no se comercializa a mi me gustaría tener uno, me encantan todos estos "gadgets" mecánicos que no necesitan una fuente de energía eléctrica, da placer verlo funcionar (mirar el vídeo). Además considero que si tiene una utilidad aparte de la producción de palomitas, también es una máquina de tiempo (que no una maquina del tiempo), me explico: este mecanismo te enseña a apreciar el tiempo, aprendes a pensar el porqué de las cosas, entre palomita y palomita te das cuenta de que lo importante no es comerse una palomita detrás de otra, sino el porqué de comértela; de ahí la pregunta con la que he empezado. Con este producto tendrás la solución a ese dilema y a otros muchos cotidianos. Se podría decir que hace pensar en el origen del problema, para poder solucionarlo. Se que todo esto suena un poco a paja mental, pero yo lo creo así.
Cogiendo esta idea y mejorandola, se me ha ocurrido que se podría adentrar más en el proceso de producción, añadiendo una maceta para poder plantar tu propio maíz y verlo crecer. Se tendrían muchas más reflexiones, aparte de relajase. También he pensado de no hacerlo solo con maíz, se podría hacer con judías, garbanzos o incluso pasta. Hay que tener en cuenta que su fin no es hacernos comer, sino hacernos pensar.

Pablo Arias


Fuentes: